Los Principios Rectores son guías voluntarias aprobadas de manera unánime por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en junio de 2011, para facilitar el respeto de los derechos humanos por parte de los Estados y las empresas.
La iniciativa nace en 2005, cuando la Comisión de Derechos Humanos decidió que un nuevo enfoque y un nuevo pensamiento debían ser formulados con respecto a las empresas y su relación con los derechos humanos. Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, mandató por tres años a John Ruggie, profesor de la Universidad de Harvard, para diseñar un marco normativo adaptado al nuevo enfoque. Es así como nacen los principios, agrupados en dos tipos y tres categorías que responden al deber de Proteger, Respetar y Remediar según se indica en la siguiente tabla:
Los Principios Rectores por categoría se muestran en la siguiente figura. El anexo 2 muestra detalle de cada principio.