Preventiva: Evita causar o contribuir a generar impactos negativos en las personas, el medio ambiente y la sociedad, e intenta evitar los impactos negativos en sus actividades, productos o servicios de las relaciones comerciales.
Se basa en el riesgo: Las medidas que una empresa implemente para llevar a cabo la debida diligencia deben ser acordes a la gravedad y probabilidad del impacto negativo. Cuando esta probabilidad y gravedad de impacto negativo sean altas, la debida diligencia debe ser más amplia.
Es dinámica: Las empresas deben mejorar de forma progresiva sus sistemas y procesos, para evitar y abordar sus impactos negativos, incluidos aquellos en su cadena de suministro. Se debe considerar que el perfil de riesgo de las empresas es cambiante, se adecúa a las circunstancias del marco legal del país, riesgos de sectores productivos, el desarrollo de nuevos productos o nuevas relaciones comerciales).
Responde a las circunstancias de cada empresa: El alcance de la debida diligencia se vincula con tamaño de la empresa, el contexto de sus actividades, su modelo de negocio, su posición en las cadenas de suministro, la naturaleza de sus productos o servicios, así como la complejidad de su cadena de suministro.
Requiere una comunicación continua: Compartir información el proceso, resultados y planes en materia de debida diligencia permite a la empresa generar confianza sobre sus operaciones, el abordaje de impactos negativos y la respuesta que brinda a través de sus decisiones. Todo lo anterior bajo un esquema de confidencialidad relativa a seguridad y competitividad. Esta comunicación clara, que incluye políticas, procedimientos, compromisos generales, es muy relevante cuando se aborda la debida diligencia en la cadena de suministro, en especial con proveedores prioritarios.